La reinterpretación visual y ambiental del espacio mantiene un respeto a la arquitectura del inmueble; un diálogo que fluye integrando una fachada barroca con la ambientación interior, que mezcla y recupera sutiles líneas de art déco y los años treinta, integrando una atrevida propuesta sensorial.
Los ambientes oscuros e íntimos de este “Refugio de Nómadas” se complementan con cajas de luz en forma de arte objeto, piezas originales del artista urbano Andrés Gamiochipi que se suman al diseño de los pisos, con piezas de Raymundo Sesma.
Fotografía por RWHITE TALLER DE FOTOGRAFÍA
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