El color de sus muros hace relevancia a su nombre, pues quienes viven sus espacios se transportan al descanso y tranquilidad de una morada.
Modestos materiales que se transforman con elegancia al mezclar la belleza orgánica de la madera de pino con el mármol Santo Tomás y la textura decorativa de los mosaicos de pasta de Raymundo Sesma, y una pieza original de Juzkani Alonso. Resalta el arte de piezas de Talavera de la Reyna y cuadros de Amalia Buergo, diseñados especialmente para el espacio. La ambientación sensorial se complementa con obras del artista urbano Andrés Gamiochipi.
Fotografía por RWHITE TALLER DE FOTOGRAFÍA
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