Este homenaje lúdico a una niña que vive el espacio, pero parece ausente, tuvo como leitmotiv comunicar sensaciones como curiosidad, miedo, oscuridad y alegría infantil. Un juego de té abandonado en un bosque es la escena principal, completamente atemporal, con las dimensiones absurdas que produce Micropsia, uno de los síndromes de Alicia en el País de las Maravillas.
Micropsia es ecléctico, creado en un ambiente natural con tonos verdes en los muros pintados a mano de forma naive, complementado con el follaje del plafón, creado con 4 mil lápices de madera en la pieza del artista Audino Díaz.
Fotografía por Jaime Navarro
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